domingo, 16 de octubre de 2016

Aerosmith en La Plata, 8 de octubre de 2016

Aerosmith
Rock n’ Roll Rumble Tour
Estadio Único de La Plata
Sábado 8 de octubre de 2016


La versión editada, seria y sin extrema desesperación de ésta crónica se puede leer en Recitales.com.ar


Antes que nada viene el disclaimer: escribo esto de la única manera que sé escribir, poco formal, desordenado y como si fuese solo para mí porque si quisiera hacerlo pasar por algo serio, sería un disaster aún más grande. No soy periodista, ni cronista, ni escritora -ni nada, para ser honesta-. Ni siquiera fan. Pero si tuviese que ser fan de algo, sería fan de Aerosmith.
También voy a tratar de evitar los lugares comunes repetidos hasta el cansancio en todos lados como son “Los chicos malos de Boston”, los “Toxic Twins”, “Tyler y compañía”, pero no prometo nada, porque son realmente parte de su identidad. Además algunos de esos son hashtags que usan ellos mismos todo el tiempo.

Empiezo desde el principio. Para mí los recitales tienen un ritual: me entero que viene la banda a la Argentina, averiguo dónde van a tocar y cuánto sale la entrada, investigo cómo ir y volver, hago cuentas para ver si puedo costearlo o cómo hago para pagarlo, y tengo discusiones conmigo misma al respecto. Si decido comprarla, paso por un estado de ansiedad, de “Ohyeahvoyaveranombredelabandayserálomejordelavida!” y sonrisa permanente extrema hasta que compro la entrada, y de nuevo unos días antes del evento. Si decido no comprarla, borro por completo cualquier dato mental que tenga de esa fecha y evito noticias al respecto, para no mariconear por no poder ir.
Con Aerosmith pasó esto último, aunque fue un poco difícil desterrar de mi cabeza la idea terrible de que no iba a estar el 8 de octubre en La Plata, porque cada vez que salía a la calle veía algún afiche recordándome que estaban “por última vez en Buenos Aires”. 
Unos muy pocos días antes del recital, se presenta la oportunidad de ir con entrada gratuita, pero como cronista. 
Pero no soy periodista, ni cronista, ni escritora ni nada. Y tengo que ir a Autoclásica. Y hoy me empezó a doler la garganta, ¿y si me muero antes del recital? ¿Y si no puedo escribir nada? ¿Y si me desmayo? ¿Y si me da cagadera? ¡No sé ni cómo ir ni volver hacia o desde La Plata!” 
Te consigo transporte” 
” 
Igual cofirmame, sino tengo que preguntar por otro lado.” 
¡Voy!"
La sonrisa permanente, la ansiedad y la idea constante de “OhyeahvoyaveraAerosmithyserálomejordelavida!” 
se concentraron en sólo los dos días previos al recital.

Saltando al sábado, el día esperado que fue cálido y soleado durante la tarde, y que muchos supieron aprovechar para hacer picnic alrededor del estadio. No yo, que estaba demasiado ansiosa para ponerme a comer un sandwich de milanga en el pasto. Entré, busqué mi asiento y me senté a escuchar las bandas soportes con vista panorámica (no sin antes pasar casi dos horas tratando de que alguien me diga por qué puerta me tocaba entrar y en qué sector estaba mi asiento).

La entrada decía 21 hs, pero cuando ya eran casi las 22 y luego de un par de amagues, Aerosmith todavía no había salido a escena y la gente seguía entrando. El lugar no estaba completamente lleno, pero 35.000 personas no son poca cosa. 
Recuerdo que cuando veía los videos de sus recitales, había personas de todas las edades. Solo pude verlos en vivo recién 14 años después de haber conocido su música, y en esa ocasión -tal como en esta- pude comprobar eso tan llamativo que veía en la tele cuando tenía 11 años: Aerosmith tiene público de todas las edades, algo que no debería resultar extraño considerando las más de cuatro décadas que pasaron desde la edición de su primer disco.
Cuatro décadas de rock y baladas y hits que se repasaron esta noche, en el último recital en Argentina en lo que parece ser la última gira de la banda. Todavía tengo la esperanza de que el slogan de “por última vez en Buenos Aires” con el que promocionaron el recital y que imprimieron en cuanta superficie pudieron (hasta en la entrada, carajo mierda) sea sólo una estrategia de venta. Y quizás resultó, porque hasta último momento pude ver gente en la boletería del estadio tratando de conseguir un espacio en el evento. 
Me fui por las ramas de nuevo.

A las 22 hs, se apagaron nuevamente las luces del estadio y la gente empezó a gritar como loca mientras se prendían miles de flashes entre el público. Una voz eufórica nos preguntó si estábamos listos y empezaron a sonar las guitarras y batería cada vez más fuerte, que nos dejaron ver que el comienzo sería hoy también con “Back in the saddle” (Rocks, 1976). Algunos pocos ansiosos en el campo (VIP, claro) ya estaban saltando. Los reflectores se prendieron para revelar uno por uno a los integrantes y la música fue creciendo hasta que la voz de Tyler explotó chillona y ronca y genial con las primeras dos palabras de toda la noche, “I’m back”. De vuelta a lo que saben hacer mejor, shows que nunca fallan. Las luces acompañaron la explosión y el público no pudo evitar saltar. Tuve que contener mis ganas de saltar también yo, porque la zona de prensa no está hecha para mostrar emociones. En condiciones normales ya estaría llorando, pero me limité a sonreír y cantar un poco.
Luego del comienzo enérgico siguió casi sin respiro el ochentoso “Love in an elevator” (el único tema de Pump de toda la noche). El público participó con los “Oh Yeah” correspondientes y movimiento de brazo acorde, pero yo seguí limitando mi participación. Y esta canción no se siente completa si no vemos a Tyler cantar un “going down” mientras se revuelca en el piso aunque sea por un segundo; por suerte cumplió. Me doblan la edad y no puedo ni sentarme sin que me duela la cintura, no sé cómo hacen todos ellos rondando los 70 años para bancarse todo el show.
Para el tercer tema saltaron a los 90s y nos dieron “Cryin’”, el primero de los tres representantes de Get a Grip de la noche. El estadio entero ovacionó, festejó y cantó. Y las luces de los flashes se fueron prendiendo de a montones hasta que todo el estadio fue noche estrellada. Y si después de aguantar dos temas como persona adulta no me pongo a llorar como idiota con un tema que literalmente se llama “llorando”, no lloro con nada. Mah sí, lloremos todos. Cantemos todos. Emocionémonos con la armónica. Recordemos a Alicia Silverstone y Stephen Dorff jóvenes.
Tyler mencionó que éramos todos “some crazy motherfuckers”, pidió que no empujen tanto porque seguro se estaban matando todos contra las vallas, como corresponde. Y empezó a sonar “Jaded”, el único tema propio post-2000 que hicieron. En el estribillo fue cuando más saltó el campo. Y ese fue un buen momento para dejar definitivamente la farsa de persona adulta y pararme en el pasillo. Terminó rapidito para dar paso a “Crazy”, con su comienzo difícil de cantar hasta que dice “Hollywood” y ahí todos empiezan a corear. Todos felices con las guitarras de Perry (y su boina) y con el tema que -por muy conocido que sea- nunca va a ser tan famoso como su video.
Pegaron un salto de vuelta a los setentas y “the one and only” Whitford con su gorro dio vida a “Last Child”, que no pude cantar porque nunca aprendí la letra. Pero me paré y me moví, no podía no hacer nada. Cuando terminó, y casi pegado mientras todos aún aplaudían, se escuchó el bombo inicial de “Livin’ on the edge”, con todas las luces apuntando a Kramer. Éste fue el último ejemplar de Get a Grip del setlist y mi favorito hasta que descubrí los setentas. Esta la cantamos todos de principio a fin. Y también copiamos la respiración profunda y exagerada de Tyler en la pausa esa de siempre que se termina de nuevo con la batería. Y de paso lloramos un poco, ¿por qué no?.
Después vino “Rats in the cellar”, último de la tríada de Rocks, con coros a dúo con Tyler y Perry. Mucho se estuvo hablando en el último tiempo sobre la tensión creciente entre los integrantes de la banda (especialmente entre ellos dos), que es lo que los lleva a separarse al terminar la gira. De todas formas eso no se nota en el escenario, donde siguen manteniendo esa dinámica fluida. Tuvimos un par de minutos de música sin voz, que dieron un respiro al ritmo frenético que traía hasta ahora la noche, y toda la banda fue protagonista.
Cuando todo el trance instrumental pasó, Tyler pidió al público “griten suerte”, para después corregirse y pedir que “griten fuerte” y así empezó el festival multicolor de “Dude (looks like a lady)”, la primera de Permanent Vacation. Otra que cantamos todos. Y fue acá cuando noté que las calzas de de Tyler parecían tener una carita dibujada en las pompas. Continuaron con una acelerada “Same old song and dance”, con revoleada de corpiño sobre la pasarela incluida. No sé, amo este tema y el disco del que forma parte. No podía parar de cantar. Para mí fue perfecto, pero existe la posibilidad de que esté siendo poco objetiva.
Continuaron con el único tema que diferenció este setlist del de Córdoba, “Chip away the stone”, que para mí siempre fue la figurita difícil en la era pre-Youtube, porque no lo pasaban nunca en ningún lado. “So hard to get” como dice la letra. Y ellos mismos se encargaron de aclarar que hacía mucho no lo tocaban. Bailemos todos. Ni siquiera la habían terminado y siguieron con el ritmo alegre de “Rag Doll”, para lo que Perry ya había acomodado su guitarra en posición horizontal. Clásico. Sigamos moviéndonos como locos. 
On the guitar the one and only, Mr Joe Fuckin’ Perry” fue la única presentación necesaria para marcarnos el inicio de “Stop messin’ around” uno de los tantos covers de Honkin’ on Bobo, y el único track de la noche cantado por Perry. Sus gafas y boina no se movieron en toda la noche. Mientras tanto, en la pantalla lo veíamos a él mostrando la camiseta de la selección. También sonó genial y se lucieron todos por igual, tecladista incluido.
Tyler se puso a cantar un “olé olé”, y pidió "uno momento por favor”. Lo que siguió fue el momento romanticoide-cursi de la fecha cuando Travis y Michelle (integrantes del staff) subieron al escenario y hubo propuesta de matrimonio mitad en inglés, mitad en español. La respuesta fue un sí y festejamos todos como si fueran nuestros amigos. “Love is in the air” dijo Tyler e invitó a todos a besarse. Y si hablamos de momentos romanticones no puede quedar afuera el supermegahiperarchi hitazo “I don’t want to miss a thing”, del que hicieron una versión que pareció súper cortita. Los flashes del público eran tantos miles que se iluminaban ellos mismos aunque estuvieran las luces del estadio apagadas. Cantamos todos y sin que nos diéramos cuenta nos entregaron el clásico de los Beatles “Come together”, que es también un cover clásico en los shows de Aerosmith, y que tuvo transición perfecta hacia “Walk this way”, doble éxito en la historia de la banda y que por algún tiempo pensé que la versión con Run DMC era la única que existía. Tyler se puso a compartir cámara con algunas personas al costado del escenario que tuvieron dificultad en seguir la letra, pero creo que es comprensible en este caso.
Para seguir nos subimos todos a bordo de “Train kept a rollin’”, otro de los temas de mi álbum favorito. Excelente, pero pareció como si hubiera tenido sólo unos segundos de duración, y en seguida se fueron del escenario. 
Volvieron un par de minutos más tarde. El piano blanco con escalera incluida ya estaba preparado en el extremo de la pasarela. Tyler hizo al público cantar el “olé olé", y nos regaló unos segundos de lo que pareció ser “Chopsticks” y un fragmento de “Home tonight” en el que nos avisó que era el momento de decirnos adiós, para luego seguir con el favorito ovacionado por todos “Dream On”. Porque si hacen una gira de hits, no puede no estar. El público hacía estrellitas con flashes de nuevo. La fachada de persona adulta responsable ya se me había ido hacía rato, así que no había ninguna vergüenza en cantar a los gritos, cantar con risas y cantar lagrimosa, y aplaudir como foca adicta cuando Perry trepó la escalera y se subió al piano. Y esto creo que ya lo vi en un video de otra banda, pero a quién le importa. Después llegó el turno de Tyler y las columnas de humo en el momento más alto. Y se terminó. “Dream On” siempre termina demasiado rápido, en el momento de pura emoción. Y un final prematuro nos lleva al final de verdad. El bajo, presente durante toda la noche marcando el ritmo, empieza a sonar protagonista al fin a cargo de “The only, the dynamic, Mr Sweet Emotion Himself” Tom Hamilton, que si no me equivoco se mete en la pasarela por primera vez en toda la noche. Dos segundos más tarde (o cinco minutos, quién sabe, pasó todo tan rápido), terminó todo, con columnas de humo, lluvia de papelitos, y la obligada presentación de los integrantes.

Y eso fue todo. Un chou de dos horas que todavía sigue retumbando. Plagado de hits, clásicos, guitarras, bajo, batería, algunas roncas desafinadas, quizás algún que otro problema de sonido, elecciones de vestuario cuestionables en los estándares actuales de moda y buen gusto, revoleadas de micrófono, exceso de pañuelos, poses rockeras de manual y momentos kodak. Excelente.
“Por última vez en Buenos Aires”. De ahora en más voy a hacer de cuenta que esa frase nunca existió, y voy a sentarme esperar la próxima visita de Aerosmith. Avisen cuando estén las entradas en venta.



SETLIST
1 - “Back in the saddle” (Rocks, 1976)
2 - “Love in an elevator” (Pump, 1989)
3 - “Cryin’” (Get a Grip, 1993)
4 - “Jaded” (Just Push Play, 2001)
5 - “Crazy” (Get a Grip, 1993)
6 - “Last Child” (Rocks, 1976)
7 - “Livin’ on the edge” (Get a Grip, 1993)
8 - “Rats in the cellar” (Rocks, 1976)
9 - “Dude (looks like a lady)” (Permanent Vacation, 1987)
10 - “Same old song and dance” (Get Your Wings, 1974)
11 - “Chip away the stone” (Live! Bootleg, 1978)
12 - “Rag Doll” (Permanent Vacation, 1987)
13 - “Stop messin’ around” (cover Fleetwood Mac) (Honkin’ on Bobo, 2004)
14 - “I don’t want to miss a thing” (Armageddon: The Album, 1998)
15 - “Come together” (cover The Beatles)
16 - “Walk this way” (Toys in the Attic, 1975)
17 - “Train kept a rollin’” (Get Your Wings, 1974)
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18 - “Home tonight”(fragment) (Rocks, 1976) / "Dream on” (Aerosmith, 1973)
19 - “Sweet emotion” (Toys in the Attic, 1975)


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