que emocionante es descubrir una palabra o expresión nueva que no es nueva, sino que ya la conocías pero estuviste diciéndola o entendiéndola mal toda tu vida.
por ejemplo, una vez, leyéndolo, me enteré que la marincoche era en realidad la mar en coche.
o que los retorcijones del estómago además se llaman retortijones.
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